RESEÑA: LA PALABRA DEL MUDO

     LA PALABRA DEL MUDO

En el año 1952, pocos anticipaban el impacto que tendría la publicación de "La palabra del mudo" de Julio Ramón Ribeyro. La obra maestra del escritor peruano se sumergió en las profundidades de la condición humana, explorando la soledad, la alienación y la búsqueda de significado en un mundo en constante cambio. A lo largo de sus páginas, Ribeyro transporta a los lectores a los rincones más oscuros de la sociedad limeña, revelando las complejidades y contradicciones de la vida urbana. En Lima, mientras tanto, la rutina cotidiana continuaba su curso aparentemente inalterado, pero bajo la superficie, las tensiones sociales y políticas crecían silenciosamente. En medio de este panorama, en un modesto departamento del barrio de Miraflores, un joven estudiante de literatura llamado Carlos contemplaba con asombro las palabras impresas en las páginas de "La palabra del mudo". Para él, esta colección de cuentos representaba mucho más que una simple obra literaria; era un espejo en el que podía reflejar sus propias inquietudes y anhelos. Sin embargo, la llegada del golpe de Estado de 1968 trastocaría no solo el destino del país, sino también la percepción de la obra de Ribeyro, elevándola a la categoría de un clásico moderno de la literatura peruana.

Por eso escogimos tres fragmentos de dicha obra para analizarlos en esta reseña:

          Uno de los fragmentos escogido fue "Ridder y los pisapapeles": La llegada de los visitantes a la casa de es recibida por una anciana que podría ser su gobernanta o ama de llaves. Ridder, sentado en su sillón, no muestra reacción alguna al verlos, permaneciendo inmóvil bajo una frazada. Este breve encuentro sugiere una atmósfera de quietud y misterio, dejando al lector con preguntas sobre la naturaleza y el estado emocional del enigmático Ridder. La detallada observación de las características físicas de Ridder, como su fornido corpachón y su rostro marcado por el tabaco, sugiere una vida dedicada al arte y una profunda conexión entre su persona y sus obras. La imagen del "molde probablemente averiado" insinúa que Ridder ha sido la fuente misma de inspiración para sus imponentes creaciones. Esta descripción revela una compleja relación entre el artista y su obra, sugiriendo que su identidad y su arte están intrínsecamente entrelazados. No obstante, por las dimensiones del sillón y el formato de sus botas, pude apreciar que era extremada- mente fornido y comprendí en el acto que entre él y sus obras no había ninguna fisura, que ese viejo corpachón, rojo, canoso, con un bigote amarillo por el tabaco, era el molde ya probablemente averiado de donde habían salido en serie su coloso. En conclusión, el fragmento presenta a Ridder, a través de una escena donde se destaca su estática presencia en contraste con la actividad de una anciana. La descripción detallada de su físico sugiere una conexión profunda entre él y la obra, insinuando que su cuerpo es el molde de donde surgen sus creaciones. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la compleja relación entre el artista y el arte.

        En otro fragmento fue "Tierra incógnita": Y acá nos presenta la tensión entre la vida intelectual y la experiencia vivencial, personificada en el personaje del doctor Álvaro Peñaflor. Este enfrentamiento entre la comodidad de la vida intelectual y la llamada a la aventura y la conexión humana resuena en un conflicto universal sobre el equilibrio entre la mente y el corazón. La soledad, que el doctor Peñaflor había conocido principalmente en un sentido literario, ahora toma una forma más tangible y desafiante, planteando la pregunta de si la búsqueda del conocimiento puede ser suficiente para llenar el vacío emocional. El dilema del doctor Peñaflor nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de la soledad y cómo se manifiesta en diferentes aspectos de la vida. Aunque había construido una vida que consideraba ideal, centrada en el intelecto y alejada de las ambiciones mundanas, la ausencia de su familia deja al descubierto una forma de soledad que no había experimentado antes. Esto nos hace cuestionar si la búsqueda del conocimiento y el retiro intelectual son suficientes para satisfacer las necesidades humanas de conexión y experiencia. La voz interior que llama al doctor Peñaflor a salir y vivir sugiere la posibilidad de un despertar emocional y una apertura a nuevas experiencias. Este llamado nos recuerda la importancia de salir de nuestra zona de confort y explorar el mundo que nos rodea, incluso cuando nos sentimos cómodos en nuestras rutinas intelectuales. La narrativa nos desafía a considerar cómo equilibrar la vida intelectual con la búsqueda de experiencias significativas y conexiones humanas genuinas.

        Y en el último fragmento escogido fue "Los Jacarandas": Nos sumerge en un ambiente familiar, donde los detalles pintan un cuadro vívido lleno de nostalgia y familiaridad. La descripción de la casa, con su cerca de barro y la presencia de árboles como guayabos y eucaliptos, crea un ambiente íntimo que está arraigado en la memoria del personaje. Este ambiente se ve enriquecido con la inclusión de objetos de uso diario, como la manta indígena que cubre la cama, lo que sugiere una conexión profunda con la cultura y las tradiciones locales. La introducción del personaje de Olga, quien decide visitar la casa cuando se siente sola, agrega una capa de introspección emocional al fragmento. Su presencia y sus acciones insinúan un vínculo emocional con el lugar, posiblemente relacionado con recuerdos o experiencias pasadas. Esta conexión emocional se refleja en la imagen de la mano crispada sobre la manta indígena, que podría evocar sentimientos de nostalgia, pérdida o incluso angustia. Por otro lado, la partida de Lorenzo hacia la avenida de los Jacarandas marca un cambio en la atmósfera del fragmento. A través de su recorrido por la calle desierta y su detención frente a la iglesia de Santa Ana, se nos presenta una imagen de la ciudad que contrasta con la quietud y la familiaridad de la casa. Este contraste podría simbolizar un conflicto interno en el personaje, entre el deseo de conectar con sus raíces y la necesidad de explorar nuevos horizontes o enfrentar desafíos desconocidos. En conclusión, el fragmento nos sumerge en un mundo de contrastes emocionales y geográficos, explorando temas de identidad, pertenencia y búsqueda de significado en un entorno familiar pero cambiante. La meticulosa construcción de la atmósfera y los detalles despiertan la curiosidad del lector y sugieren múltiples capas de interpretación, invitándonos a reflexionar sobre la complejidad de la experiencia humana y el impacto del entorno en nuestra percepción del mundo


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